Cierro los ojos y subo a la tarima crujiente y porosa, que parece extender hacia mí unos brazos invisibles que sujetan mi emoción, cuando aún todo está en silencio y yo me siento vibrar en el escenario.
El amor, el odio. La razón y la locura. Lo honesto y lo indecente. La compasión y la crueldad. Certeza y mentira. Pasión y hastío. El miedo y el valor. Negro y blanco. Agua y arena. Suelo y cielo. La muerte y la vida.
Toda la vida cabe en un escenario. Toda una vida. Todas aquellas que represento para no tener que contentarme únicamente con la mía. Aunque la mía son todas ellas y todas ellas mi oportunidad.
Reposo la espalda sobre el fondal y calibro mi gracia, mi privilegio. Observo tantos libros que me rodean, esparcidos aquí y allá, y valoro tantas oportunidades encontradas en cada uno de ellos. Es entonces cuando he logrado cambiar las dos realidades a mi antojo. Es el momento de imaginar las luces que se encienden para dar vida a una Regenta feliz, o a una Yerma con su hijo entre los brazos. Es el momento de “arriba el telón” y de llegar a interpretar los papeles más queridos, por vez primera, más allá de las cuatro paredes que limitan mi cuarto.
El amor, el odio. La razón y la locura. Lo honesto y lo indecente. La compasión y la crueldad. Certeza y mentira. Pasión y hastío. El miedo y el valor. Negro y blanco. Agua y arena. Suelo y cielo. La muerte y la vida.
Toda la vida cabe en un escenario. Toda una vida. Todas aquellas que represento para no tener que contentarme únicamente con la mía. Aunque la mía son todas ellas y todas ellas mi oportunidad.
Reposo la espalda sobre el fondal y calibro mi gracia, mi privilegio. Observo tantos libros que me rodean, esparcidos aquí y allá, y valoro tantas oportunidades encontradas en cada uno de ellos. Es entonces cuando he logrado cambiar las dos realidades a mi antojo. Es el momento de imaginar las luces que se encienden para dar vida a una Regenta feliz, o a una Yerma con su hijo entre los brazos. Es el momento de “arriba el telón” y de llegar a interpretar los papeles más queridos, por vez primera, más allá de las cuatro paredes que limitan mi cuarto.
10 comentarios:
Hazlo, sal e interpreta esos papeles. Una vez más, un placer leer este blog. Un beso.
Don Fernando invita a volar pegado a tus palabras como alas. Con permiso, me apunto.
Besos.
todos tenemos algo de actores a diario...
escenificamos el amor,
la tristeza,
el dolor...
todos tenemos algo de poetas a diario...
contemplando una sonrisa,
aspirando el aroma de unos labios,
sintiendo la sal en nuestra boca...
todos tenemos de actores un momento, un instaánte, ...un sueño...
Somos actores de la palabra,
de las historias inventadas...
Todos, ofrecemos UNA VIDA, en cada renglón que dibujamos.
Gracias a los tres. Es un privilegio poder vivir otras historias inventadas o no; ya sea interpretando, escribiendo, pintando...
La cuestión es crear algo que llegue de verdad a alguien.
Un beso.
La imaginación no tiene límites, sigue creando.
Besos.
Te sigo desde aquí, de vez en cuando. Me gusta encontrarte en las palabras que escribes, pero no te quedes solo en los proyectos del blog, (buen alimento para el diario, muy ocurrentes y algunos fantásticos).
Es hora de desplegar las alas y echar un vuelo como dios manda. Sigo a la espera. El tiempo que haga falta. Ánimo, campeona.
A.: Me ha sorprendido muy gratamente tu consejo y te lo agradezco mucho. Intentaré trabajar más disciplinadamente; sólo así se consigue lo que se anhela, ¿verdad?
Me dejas sorprendida e intrigada; pero me encanta.
Emocionado y hermoso debut que ojalá pudiésemos sentir de igual modo cuando cada día nos subimos al escenario de la vida.
Bonita tarima nos regalas. La literatura, el texto como escenario para un único espectador, un lector.
Cualquier decorado es digno de convertirse en literatura bajo la caricia de tus manos mientras escriben. Estoy enamorado del tercer párrafo. Aquí tienes mi aplauso.
Gracias a todos. Con vosotros es imposible no creer en los propios sueños. Un beso.
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