jueves, 12 de marzo de 2009

Microrelato

Y él, que consideraba insuficientes sus dos brazos,
pidió a cualquier Dios que lo escuchara
tener el modo de poder tocar y abrazar todo lo hermoso.
Su deseo le hizo convertirse en un mar.

5 comentarios:

inma dijo...

Hermoso y casi mágico convertirse en mar. Un beso.

Isa dijo...

Muy bonito, Irene. Sólo que como yo le digo a mi amigo, que tiene un carisma impresionante:
"Tienes mala suerte, porque no puedes disfrutar de ti como hacemos los demás. Tú te pierdes por fuerza lo mejor de ti mismo, tu presencia".
Pues eso me pasaría a mí si me convirtiese en mar. ¡Madre, lo que me perdería!

Madeja de Palabras dijo...

¡Oh!
Me pregunto (más que nada, por preguntar), por qué consideraba él insuficientes sus dos brazos; por qué dios le concede tanta fuerza como para poder ahogar y cómo es que, tú -micronarradora-, escribes tan requetebien (pero esto último ya lo sé contestar yo sola, querida Irene). Eres un sol.Un abrazo grandísimo (de mar a mar)

Gabriel dijo...

El mejor deseo y un dios disponible: Fórmula mágica. Y tú, druida, nos la regalas.
Besos.

Peneka dijo...

¡qué suave melodía, la de esos brazos convertidos en mar...!

Ellos que abrazan el tiempo, la noche, la luna y la soledad...

Ellos que nos envuelven, nos acunzn y nos hacen encajes con la realikdad...