jueves, 16 de abril de 2009

DESPEDIDA DE SOLTEROS.

Jennifer Tilidad odiaba esas reuniones. Pero, después de escuchar lo que había pasado en otras anteriores, se echó el abrigo por encima, pidió un taxi y apareció justo en el momento más oportuno: Su novio, Bartolomé Jordel Mundo, estaba a punto de ser despedido por no haberse casado tras dos años de trabajar en la empresa, según la cláusula dos de su contrato. El jefazo de personal, en cuanto vio firmados los cursillos prematrimoniales y la fecha de reserva en la Iglesia de Santa Bique, el mes siguiente, rompió el expediente de regulación de empleo.

1 comentario:

Isa dijo...

Pero, ¿será posible? Eres un manantial de ideas. Hoy mi hijo(que es un guasón) también se ha reído con tus peculiares nombres. El relato está bien, por supuesto, pero es que los nombres lo redondean, lo completan de manera inmejorable. Un beso, campeón.