lunes, 21 de diciembre de 2009

LAS COSAS CLARAS.

Doblé la esquina que se mantuvo recta y atravesé la calle sin perforarla lo más mínimo. Sin mover sus ventanas, di la vuelta al edificio de enfrente, que dejó de serlo, y subí por la escalera de incendio que descendía, inútil pues no ardía nada de la parte trasera, que tampoco lo era cuando llegué y giré la cabeza para no tener a nadie detrás. Del rato que me senté a descansar muy poco tiempo lo hice de veras, pues me recupero de inmediato de un esfuerzo, para decirme, como si yo no lo supiera, que sería mejor parar a esperar acontecimientos, mientras volvía a correr y no pasaba nada.

Harto de contradicciones, me apunté al enemigo. De momento, invisible.

3 comentarios:

Clea dijo...

¡A ver!
¿Todo depende de dónde nos situemos?, ¿desde dónde miremos?, ¿y cómo?, ¿todo es relativo, entonces?
JAJA.
Sorprendes a menudo.
Gracias.

Lola García Suárez dijo...

Este juego con las expresiones del día a día es todo un hallazgo. Genial, como siempre.

inma dijo...

Me alegra estar de vuelta y encontrarte siempre ahí dando vidilla al blog y haciendonos pensar. un besazo.