miércoles, 3 de febrero de 2010

HOMENAJE.

Llegué al pueblo de Somereslintchen al atardecer, para rendir el último homenaje al que fue mi profesor de carpintería, el ilustre Malario Benergremd. Nadie salió a recibirme al domicilio del finado, donde el cochero me dejó con un “..erda de propina” perdiéndose a lo lejos.

Desde la puerta abierta, la escena era sobrecogedora: los familiares y allegados, viuda incluida, pateaban la cabeza del cadáver para hacerla encajar en el ataúd. De uno en uno, subidos en los afilados bordes del féretro, aplastaban con sus pies desnudos la frente y la cara de mi fallecido mentor, el hombre que mejor ha lijado una tabla en este mundo.

No pude más y grité desde la puerta.

-¡Quietos, por Dios!, -dije.

Se apartaron según me acerqué al cuerpo presente y, mirando a mi alrededor, cruzando con gravedad mis miradas con los que supuestamente velaban a un cuerpo para hacerlo encajar en otro mundo, saqué de mi maleta dos tablones lisos, anchos, perfectamente lijados y los coloqué sobre el ataúd, de lado a lado, a modo de dos puentes paralelos.

Entonces, con un pie bien apoyado en cada tabla, de un único golpe de bota encajé a la perfección la cabeza con orejas y gafas de Malario dentro de su envase para la Eternidad.

Tímidos al principio, los aplausos acabaron siendo atronadores. La mayoría, gente de espíritu abierto, reconoció la barbaridad de colocarse descalzo sobre los bordes afilados de un ataúd de cinc e intentar golpear sintiendo grandes molestias en las plantas de los pies.

Al día siguiente, tras dejar las dos tablas como regalo, regresé a mi casa.

6 comentarios:

Isa dijo...

Ja, ja. ¡Qué bueno! "...el hombre que mejor había lijado una tabla en este mundo".
Eres fantástico. ¡Mira que dejarle las gafas puestas al muerto, leches!

Clea dijo...

JAJAJA.
¡BUENO!
¡¡Pedazo de alumno!! Orgulloso estaría Malario(¡Malario!)

Me puede lo de encajar en otro mundo. Brutal.

Peneka dijo...

DEJE LUEGO...DEJE LUEGO(no se trata de un error ortográfico,jajaja).

De todo, lo mejor, es ese sencillo regalo para llegar al otro mundo. De carpintero a carpintero no podía ser menos.

inma dijo...

¿No sería que colocaron al muerto al revés en el ataúd? ¿Cómo podía tener esa enooorme cabeza? Muy buena la solución y la generosidad del alumno al regalar las tablas. No podía ser de otro modo, jajajaja

Anónimo dijo...

Siempre me sorprende tu imaginación, no para de crear escenas cómicas en cualquier situación. Siempre arrancas sonrisas, y eso es balsámico. Me ha encantado lo del envase para la Eternidad, cómo mezclas lo profundo con el cachondeo. Un abrazo.

Paquita dijo...

Me sumo ha Lorenzo para decir, la
imaginacion prodigiosa que tienes,
de cualquier cosa sacas una historia con su chispa, esta de las 'finas tablas'está buenísima
gracias y un beso.