sábado, 20 de marzo de 2010

Llaves.

Te esperaba y no viniste. Pensé que era decisión tuya, pero no dije nada.

El bedel cumplió con su obligación y después de cerrar la verja del jardín entregó su juego de llaves al director. Sólo unos cuantos sabíamos que Bernardo Arana, el paranoico, guardaba una copia bajo su sombrero, entre su pelo ensortijado: bastó una botella de vino para que nos las prestara.

Ahora sé que no pudiste venir. Tú también tenías que entregar tus llaves en dirección, como todos los días. Y también encontraste la forma de que Serafina Arana, la pirómana, accediera a abrir con la copia que guardaba bajo su sombrero, entre su pelo ensortijado. ¿Cómo imaginar que sería castigada con un pelado al cero por incendiar su cama? Me consta que aparecieron más cosas, además de las llaves y fueron confiscadas.

El bedel dejó caer al suelo las flores que compramos para ti. Te esperaba y no cruzaste el jardín que separa los pabellones. Le eché la mano por el hombro, entramos de nuevo y después de encerrarme en mi celda acolchada devolví por la ventanilla las llaves a Bernardo, el paranoico, para que las custodiara.

6 comentarios:

inma dijo...

¡Qué alegría ver uno de tus relatos! Te echaba de menos. Interesante los cuidadores de las llaves:Uno paranóico y otra pirómana. Cada uno en su pabellón y sin embargo sensibles para prestaros las llaves para vuestra historia de amor.Y ese bedel poniendo orden. Pero hay algo que no me queda claro ¿Quién compró las flores contigo? ¿El paranoico que aprovechó para salir también?

Gabriel dijo...

Jajajajajajai, ¡qué bueno!
Necesito complicidad de urgencia: Las flores deben suponerse encargadas previamente. Hióle ahí.
Besos.

Peneka dijo...

Me uno a la alegría de Inma por tu "regreso" a casa, y como eres fiel a ti mismo(o eso creo), nos devuelves a la irrealidad de tus relatos, a los extraños personajes que habitan tus historias, a esas "historias" tan "especiales" con las que nos deleitas y que siempre nos arrancan una sonrisa.

No tardes tanto, que no estamos acostumbradas y ya sabes...te queremos

Clea dijo...

:)))

Así que dos hermanos...


¿Y los amantes? Él es un interno. ¿Y ella? ¡Ella no!

Delicioso y delicioso.

Paquita dijo...

Me sumo a las compañeras. No tardes tanto en deleitarnos con tus
insólitos relatos, este por cierto,
me ha desconcertado un pelin.todos estaban de acuerdo en
ocultar las llaves entre sus rizos. Un abrazo

Isa dijo...

Con que ella (otra bedel) y él un enfermo recluído, unidos por un amor un tanto difícil de realizar, a expensas de unos y otros. ¡Mira que quitarle los rizos a esa criatura!
Bonito, Gabriel. Y sobre todo, esperado.
Vuelve pronto. Un beso.