IMPERIO JAPONÉS. FUNDACIÓN.
En los alrededores de Tokaenahua, una aldea de viejos verdes de la provincia de Mitah, vivió durante un tiempo el shogun Mira Kara J Tu, quien se planteó fundar el imperio japonés antes de comer.
-Buenas, -dijo al llegar el señor de la guerra más antiguo conocido, el gran Kalka Maal, un guerrero pensionista, al que se le habían muerto hasta las pieles del abrigo.
-Buenas, -contestó Mira Kara, el anfitrión de la reunión.
Así fueron llegando y saludando los futuros fundadores del gran país del Sol Naciente, junto a sus huestes y sus querindongas.
Lo primero era el reparto de los territorios.
-Mitah pamí, -dijo Helego Ishtón, un hombre analfabeto pero capaz de reunir miles de guerreros en poquísimo tiempo, para morir en menos tiempo todavía. Aunque ellos preferían que no.
-¡Nimi Hitá!, -respondieron a coro invocando el nombre del dios del Reparto-. Nada de quedarte con cincuenta por ciento.
Tras el tercer día quedaban pocos. Al terminar de enterrar a los caducados por las lanzas y las flechas, los diálogos se redujeron a qué escribir sobre los epitafios.
-Poné letra justa. Ni quita ni pon.
El que escribía, algo tarugo, sólo entendió la segunda parte, la que fue hallada por los que vinieron después a vestirse de emperadores. Tomaron el nombre de las lápidas y así nació el Imperio Nipón, con Mira Kara como primer encargado del Palacio de los Espejos y Kalka Maal de conserje para fotocopias.
Hasta aquí el puro rigor histórico.
De lo del Sol Naciente, creo que fue por aquello de levantarse una mañana muy temprano sin persianas y llevarse un fogonazo en los ojos, lo que les acostumbró a tenerlos medio cerrados. Vamos, eso he leído.
5 comentarios:
¡Casi nos cruzamos por el pasillo!
Jaja, voy a leer esta investigación histórica.
JAAAAAAAAAAAAA.
¿Así, entonces, lo del Imperio Nipón?
Con la solemnidad que aparentan, ¿verdad?
¡Ay qué bueno, por dios! jajajá, "Mira kara J tu". Mi vecina cualquier día me dice algo (es que la pared de mi estudio da a su salón), dirá que qué feliz vivo.
¡Es que eres muy bueno hijo! ¿Y ese final? Ese final es pa ponelle un malco dolado y glande, glande...
Un beso, que me encanta leerte tus batallitas y las estoy celebrando más que nunca.
¡Q sorpresa! Abrir el blog tras un finde playero y encontrarme ¡mucho que leer!
Tu reentrada con este rigor histórico que te caracteriza me parece genial.¿Dónde te documentas?
¿Y los nombres? El de Mira es...total de veras, y el dios del reparto sin desperdicio. Con tanto "nipón letrado" parece mentira que saliera todo un Imperio, jajaja
Antes de ná,¿dos "glandes" le vamos a poner?¿esto es un relato con rigor histórico o erótico,agüelaaaa?
Genial, pá partirse de la risa con tus "documentaciones históricas".
Ya nos iba haciendo falta tu puntito, gaditano
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