miércoles, 2 de junio de 2010

JUGUETES DEL TIEMPO

Se me habían olvidado muchas cosas sobre ti. Por ejemplo, tu voz (muchos años sin oírte), cuando me cantabas y me decías: -“no me sale muy bien, pero me sale del alma”- Y lo hacías riéndote, como siempre lo haces todo. Cuánto tiempo echando de menos esa forma tuya tan distendida de tomarte las cosas, de insuflar en mí ese aire de paz que solíamos respirar y del que tú te encargabas, porque ya me conoces y sabes que mi manera de ser me impide disfrutar de esa calma por mí misma tanto tiempo; pero te tenía a ti, y así todo estaba bien.

Se me habían olvidado muchas cosas sobre ti. Entre ellas, la forma en que tus manos se movían sin parar, mientras me explicabas cualquier cosa tuya, mía, o acerca de la camiseta blanca que viste en aquel escaparate con El Principito dibujado en azul. Todo lo llenaban tus manos. Todo. Todo mi universo.

Se me habían olvidado muchas cosas sobre ti. Otra de ellas, cómo tu presencia lo iluminaba todo a tu alrededor. Eras un imán, un sol radiante. Eras algo imprescindible. Imprescindible, sí. Y en nuestro caso, el tiempo no se encargó de que dejaras de serlo.

Hoy nos vemos después de que las circunstancias nos separasen hace muchos, muchos años. Hoy comparto contigo las mismas escaleras mecánicas de estos grandes almacenes, y al mirarnos, al abrazarnos, hemos dejado de tener clara nuestra vida individual hasta ahora. Se nos tambalea el mundo que hemos creado aparte del nuestro, porque habíamos dejado nuestra suerte en manos del destino y hoy ese destino caprichoso y cruel ha querido volver a unirnos.

¿Y qué hacer entonces? ¿Cómo conciliar mi compromiso presente y nuestro deseo? ¿Cómo volver a perder lo que ya una vez con dolor perdimos? ¿Cómo apagar ese sol radiante que para mí sigues siendo? Después de tus ojos sé que no habrá vuelta atrás. Y pese a lo que pese, hoy dormiré contigo. Y que el tiempo siga su juego.

7 comentarios:

Gabriel dijo...

Buena -valiente y decidida- la solución al amor que vuelve de frente.
Mañana, seguro, será otro día.
Un relato dulce, de ritmo caribeño en el recuerdo, hasta que en el último párrafo desatas las iras del Averno y sueltas un rayo. Con dos bien puestos.
Besos.

Isa dijo...

Ja, ja, ja...
A todos, en algún momento de la vida, puede visitarnos Lucifer, y por sucumbir a sus encantos, llegar a condenarnos eternamente. Pero, lástima de quien no sepa lo que es la tentación con todas sus trampas.
Un beso.

Clea dijo...

Un preambulito de recuerdos varados y... ¡golpe de timón! Sí señora.

Y bienaventurados los que se encuentren en una escalera mecánica con la tentación, porque hoy dormirán con ella.

:)

inma dijo...

Y lo difícil e importante ¿Es sucumbir a la tentación y disfrutar el momento o tener la fortaleza de apartarse de ella a tiempo? Terrible dilema que da para muchas historias.Bien planteada tu historia y bien resuelta. un beso.

ANA dijo...

PRECIOSO ISA, NO DEJAS DE SORPRENDERME CADA DÍA CON TODO LO QUE HACES; NO LO PODÍAS EXPRESAR MEJOR.

BESOSSSSSSSS

Isa dijo...

Gracias a todos, amigos. Bienvenida a nuestro hogar literario, Ana. Así las musas no dejarán de frecuentarnos, con tanto cariño alrededor. Besos y más besos.

Peneka dijo...

A veces, la mayoría de ellas, la brisa del tiempo se lleva todos los recuerdos, pero deja en nosotros esa imagen imborrable, esa imagen que se mantiene ahí llenándolo todo.En tu relato, la sonrisa es lo eterno, lo vivo, lo añorado...

Es un relato de reencuentros, de a pesar de los pesares, hoy vamos a vivir lo no vivido, o tal vez, lo vivido y amado tantas veces...

Cargado de fuerza y de deseo.De "carpe diem".

Enhorabuena, artista