lunes, 26 de julio de 2010

ABUELO, ¿POR QUÉ BRILLA AQUELLA ESTRELLA?

Hoy me he levantado y cuál ha sido mi sorpresa al descubrir que es el día de los abuelos. Estaba en el patio, bajo el olivo que me ha visto crecer, soñar, imaginar y espero que también madurar. Junto a él, recuerdo como me gustaba contemplar a mi abuela mientras se cepillaba el pelo, blanco y suave, que luego recogía en una trenza con la que se hacía un moño bajo. También era allí, donde mi abuelo se dejaba peinar por mí y yo me dejaba envolver por las historias que me contaba sin prisas, con su voz cálida y serena.
Recuerdo como contaba los días para venir a pasar las vacaciones con ellos. Aquí, en el pueblo, pasaba el verano sin más preocupación que jugar y ser feliz. ¡Y cómo fui feliz aquí! ¡Cuánto cariño me dieron! Nos sentábamos a cenar bajo el olivo, y también bajo un cielo cargado de estrellas. Después, recuerdo que nos salíamos a la calle a tomar el fresco y charlar con los vecinos, y fue ahí, donde mi abuelo me enseñó a mirar a las estrellas. Él me señalaba el firmamento con su dedo huesudo y arrugado, y yo me dejaba guiar y buscaba la estrella que me marcaba. “Abuelo, ¿por qué brilla aquella estrella?” y mientras me miraba con sus ojillos negros me decía “mira, mira, ¿no ves a unos enanitos que cuidan la candela?”, y yo miraba y miraba, y no dejaba de mirar. “¡Sí, sí, los veo, los veo!”. El reía y abrazados reíamos los dos.
Hoy, cuando ya hace tiempo que se fueron, miro al cielo y aún veo a los enanitos alrededor de la candela y entre ellos a mis abuelos.
¡Qué afortunada fui teniéndolos! ¡Cuánto amor me dieron!

7 comentarios:

inma dijo...

Me encanta la descripción de esa escena bajo el olivo que casi se puede oler. Y esa infancia...es la que todos los niños debían tener, con la única obligación de jugar y ser feliz.En vacaciones debíamos ser como niños y dedicarnos a dejarnos querer y a jugar con todo, a descubrir el universo buscando duendes en las estrellas.

Peneka dijo...

Gracias Inma por tu comentario.
Cuando escribí esto, solo me movió la idea de AGRADECER a nuestros abuelos todo cuanto nos dieron. No sé si lo conseguí, pero aprovecho este espacio para reiterarme:
Son nuestros mayores los que nos dieron cuanto tenemos,( en mi caso me dieron mucho amor y alas para soñar)y ahora nos toca a nosotros estar a la altura, y darles a ellos todo nuestro amor, nuestra compañía, y compartir sus sueños y los nuestros.
¡¡¡Qué suerte tenemos los que disfrutamos de los abuelos!!!

Isa dijo...

Yo también peinaba a mi abuela, mientras ella me cantaba (como los ángeles)cualquier copla que le pidiera. El día que se fue supe que se me iba una de las personas que más me ha querido.
Me parece entrañable, tierno y agradecido tu relato, Beli. Es necesaria esta reflexión que haces, porque a veces me asombro a mí misma recordandola en menor medida de lo que desearía, sea por la vida que nos arrastra al presente, sea por lo que sea. Y pararse a recordarlos como merecen es todo un gozo para el espíritu.

Un beso.

Clea dijo...

Beli, qué bonito.
Cómo me gusta lo que decís.
Qué bien se llevan la infinita paciencia de los mayores y la inocencia de la infancia, qué extraordinaria complicidad entre esas dos etapas del ciclo de la vida.

Cuánto agradecimiento cabe para las abuelas y los abuelos.

Nunca olvidaré a la mía.
Besos.

Gabriel dijo...

Estoy entre los afortunados que tuvieron tiempo de abuelas y al mismo tiempo ver que lo han tenido mis hijas. Dos regalos.
De los cuentos, las canciones, la paciencia y el decir la verdad. De leer en voz alta, de pasear.
Y de tantísimas cosas más que sabes recoger en tu relato, lleno de ternura y de sentido común.
Muchas gracias por recordar con tanto valor a los que no negociaron su tiempo para cuidarnos.
Un beso.

Peneka dijo...

Gracias a todos, amigos, pero sobretodo GRACIAS A NUESTROS ABUELOS.

Si por algo me gusta venir al pueblo, es entre otras cosas por reencontrarme con ellos, con sus historias, con su andar pausado, con sus abrazos y sus mimos...

Anoche llovió y el olor a tierra mojada me trajo la imagen de todos ellos. Me gustó cerrar los ojos y verme de nuevo niña, de nuevo NIETA.

Lola García Suárez dijo...

También me ha gustado tu recuerdo a los abuelos. Lo mío es más el recuerdo que me transmiten mis padres de ellos, y aunque no los conocí, les quiero igual.