sábado, 2 de abril de 2011

La estación primaveral
ensalzada por poetas;
los músicos y pintores
se inspiran tambien en ella
y le dedican sus loas
y proclaman sus bellezas.
En contra, no tengo nada
de las bondades que cuentan:
es verdad que los jardines
y los campos hermosean,
con flores nuevas que brotan
al llegar la primavera.
Todo sería perfecto
si tuviese otra cara
a la que muchos se enfrentan.
Es voluble, variable,
es así la pajolera
y con la fama de hermosa,
alegre y cascabelera,
no es oro lo que reluce
al llegar la primavera.
Pues también llega cargada
de estornudos y lloreras,
picores, ronchas y pitos,
producto de las alergias,
pues esta bella estación
cargada de polen llega
y fastidia de lo lindo
a los que padecen de ella.
Por todo ello me atengo
a la realidad concreta
y no veo sólo bondades
en esta bella floresta.

3 comentarios:

Gabriel dijo...

¡Ajajá!
¡Alguien que pone en su sitio las pequeñas imperfecciones de la nunca antes puesta en solfa!
¡Pues muy bien hecho, eso de advertir que lo perfecto es enemigo de lo bueno!
Un beso de polen sin sarpullidos.

inma dijo...

Aquí con los ojos "pitarrosos" por el dichoso polen, comprendo perfectamente de qué hablas. Pero a pesar de todo me gusta la primavera. Un besazo.

juan Gabriel dijo...

A mi no me gusta. Cuando era joven me alteraba la sangre, y ahora no lo hace. Ni antes me hacia falta ni ahora sirvo para nada. Dios le da pan a quien no tiene dientes.
Es broma, me he divertido con el poema y me ha salido esa tontería.
Cuidate las posibles urticarias Paquita.
Saludos a paraleernos, a tod@s.