miércoles, 6 de julio de 2016

UN DULCE ENCUENTRO


Te vi por primera vez una mañana radiante de abril. Yo paseaba por la aldea. Tú vendías a plena luz, una fruta que se adivinaba deliciosa. Me miraste y sonreíste, y sentí que algo se aceleraba en mi pecho.

Saliste del puestecillo y llenaste de cerezas el cesto de mi bicicleta. Me llegó el dulce y rojo aroma, que se entremezclaba con el tuyo.
Estuve comiendo cerezas toda la tarde. Cada una que me llevé a la boca, guardaba dentro tu sonrisa; y mi latido.
Desde aquel día, las cerezas son cada latido de mi corazón cuando te veo.

3 comentarios:

inma dijo...

Dulce reencuentro con el blog. fruta de verano y latidos acompasados. Preciosa imagen. Mil besos.

Isa dijo...

Lo elegí por lo dulce, por lo cálido. Gracias, Inma

Gabriel dijo...

Enorme el latido. Y dulce.
Besos pallá.