Los viernes,
un verano a estrenar,
septiembre que asoma,
tus ojos.
El cielo tras la tormenta,
un barco de vela,
su navegar valiente...
Imaginar que llegas.
Sábanas blancas
el lienzo que es tiempo,
una orilla mojada,
donde grabar los versos
que a nadie irán.
Tus labios.
La oportunidad.
Comenzar de nuevo.
El cobijo de un sueño,
proyectar la vida.
Tus brazos.
El pájaro, mis noches,
las zozobras,
lo que fuimos,
lo que somos y seremos.
Tu llegar, mis ganas y el silencio.
Todo aguarda, todo cabe,
todo comienza
en el resplandor paciente,
sereno de luna,
de la página en blanco,
que guardo dentro.
5 comentarios:
Si duda, la última estrofa resume a conciencia la esencia del poema. Algo complejo, pero muy bonito. Un besazo.
Entre oírte cantar, un milagro amable, y leer tus regalos en verso, lo tengo claro: aquí está, por fin, La Primavera.
Un beso. Y muchas gracias.
Gracias, chicos! Ay Gabriel, qué cosa más bonita! ¡Pues a florecer todos! ¡Juntos! ¡Qué espectáculo!
Yo debo estar "espesa" y sé que lo estoy pero no le cojo el paso al poema. ¡Ay de mí, no sé si tengo cura!
Me ha dado por leerlo de nuevo. Me ha emocionado más que la primera vez. Ese punto mágico que tienen los poemas. Los que tú haces. Besos pallá.
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