lunes, 4 de mayo de 2009

Sentencias y chascarrillos.

La aragonesa Teresa Nosoillo, de menos de metro y medio, le dio en su bar una somanta de cuidado a un malaje, un turista de Arkansas con cien kilos de mollas a su favor. Y es que más vale maña…

******

No es nada fácil engañar a una mujer diciéndole la verdad, a ver si cuela.

******

El soldado raso Trevor Luis Boroffito, de la quinta compañía de lanceros de Su Graciosa Majestad, fue considerado el torpe del siglo XVIII al ser el único del ejército inglés con heridas en la mano que empuña la espada. El informe era confuso, parecía ser el de alguien que no amara los vegetales: “odiaba el mango y se cortaba al cogerla  por la hoja”.

******

            -Arriba las manos, por favor.

            -Disculpe señor atracador; estamos en una huelga de brazos caídos. Mire los carteles a la entrada.

******

            -Un café. Rápido.

            -Invita la señorita del fondo de la barra.

            -Vaya por Dios: Devuélvale el dinero de inmediato; yo no pensaba pagar.

******

-Querría un envase que sirva para envolver suavemente a algo que se ha puesto rígido de repente, tieso tras muchos años, ni me lo esperaba, de modo que después, al introducirlo en un estrecho agujero oscuro y ajustado, no se vaya a romper y pueda impregnarse de humedad por culpa de los vaivenes. Y del mayor tamaño posible, que no ha visto usted a  mi marido…

-Qué cantidad de vueltas para pedir un simple…

-…Sudario, señor farmacéutico, un simple sudario para enterrarle en una pequeña cueva, cerca del mar.

******

El hombre invisible se volvió ciego y nadie supo explicárselo.

******

Ana y Manuel llevan toda la vida intentando ganar uno al otro por, al menos, un beso de ventaja. Saben que siempre estarán empatados.

******

La empleada de aduanas Antonieta Delabuel era tan tacaña que no compartía ni su propia opinión.

 

1 comentario:

Isa dijo...

Todos muy buenos. El último, tela. Y por bonito, me quedo con el penúltimo.