sábado, 16 de mayo de 2009

UN VIAJE MUY MOVIDO

Lo que les voy a contar
no se piensen que es un cuento
les prometo y aseguro
que se trata de algo cierto.
Hacía ya varios años
que en el tren yo no viajaba
que antaño subir en tren
era idea descabellada.
Es cierto que en aquel tiempo
por lo que viajar en tren
producía dolor de huesos.
Más con el paso del tiempo
llegó la modernidad
la técnica y la cultura
y a Renfe dió calidad
yo al oír con insistencia
mejore su tren de vida
no me lo pensé dos veces
y me mostré decidida.
Fuí ha comprar el billete
allí un empleado amable
me aseguró convencido
que el viaje era agradable.
Señora estoy seguro
que en tren volverá a viajar
porque Renfe es una empresa
que asegura calidad.
Yo confiada y tranquila
a la siguiente mañana
cargada con mi equipaje
llegué a la estación murciana.
Allí nos dijeron miren,
como ha habido inundación
las vías están cortadas
por eso el tren no llegó
pero ustedes no se apuren
hay dispuesto un autocar
que a Albacete sin demora
a todos los llevará.
Y nosotros cual rebaño
de corderillos incautos
comenzamos a ocupar
los asientos en el auto.
El coche se pone en marcha
más cuando a Cieza llegamos
nos dicen, pueden bajar
porque de aquí no pasamos.
Nosotros nos preguntamos
¿qué ha podido suceder?
y un enterado nos dice
que pronto llegará un tren.
Al cabo de media hora
el convoy vemos venir
y todos en él subimos
nos dirigimos a Hellín.
LLegamos a esta ciudad
y con un gran desparpajo
nos comunican de nuevo
que tenemos que ir abajo.
Y de nuevo uno tras otro
como en peregrinación
subimos en otro tren
que aguarda en esta estación.
Las horas se van pasando
los nervios tengo en un brete
viendo como se retrasa
nuestra llegada a Albacete
y es que en aquella ciudad
que es de la Mancha tesoro
teniamos que subir en el tren
Torre del oro.
Y tal como lo pensé
como me temí ocurría
cuando a Albacete llegamos
el tren no estaba en la vía
nos fuimos con nuestras quejas
al jefe de la estación
que respondió no sé nada
nadie me mandó razón
la única cosa señores
que puedo hacer por ustedes
es enviarlos a Alcázar 
y se apañen como pueden,
la pequeña diferencia
por la leve anomalía
es que viajarán de noche
en vez de hacerlo de día.
Anímense ya, caramba,
y no tuerzan tanto el morro
que lo importante es llegar
aunque sea hecho unos zorros.
Por fin el expreso llega
Señor, y qué maravilla
que ya de aquí no me muevo
hasta llegar a Sevilla.
Aquí termino la historia
de un viaje memorable
que siempre recordaré
como muy desagradable.
Por tanto yo recomiendo
sin dudarlo ni un instante,
papá no vengas en tren
en burro llegarás antes.

4 comentarios:

Gabriel dijo...

Paquita, me he partido de risa con esta historia tan bien contada. Es descacharrante y tiene un ritmazo que lleva en volandas.
Me encanta que saques ese sentido del humor tan andaluz, que describe con tanta gracia un pequeño desastre provocando más carcajadas que enfados.
Un beso grande.

Isa dijo...

Paquita, qué mérito de poema. ¡Vaya con el viajecito! Me ha pasado como a Gabriel, que me has hecho reír un rato. Y tiene un final de escándalo.
Un beso.

ana dijo...

Paquita, si te mandaron p'a Alcázar no está tan mal, que desde allí hay muy buenos trenes, para cualquier sitio de España.
P/D Te leo con frecuencia.

Emiliano dijo...

Maravilloso relato.
La frase "la pequeña diferencia por la leve anomalía es que viajarán de noche en vez de hacerlo de día" es sencillamente ANTOLÓGICA.