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Dublin, ciudad de buenos y reconocidos escritores, tiene un museo donde se pueden encontrar objetos, escritos, manuscritos..., de todos ellos (mi elevado inglés me impidió disfrutar a tope de todo ello).
En un rincón de uno de sus hermosos parques (esta ciudad cuenta con varios parques muy cuidados y por los que apetece pasear, tranquilamente y sin miedo a nada ni a nadie) nos encontramos con un monumento a uno de esos afamados escritores dublineses: Oscar Wilde. El realismo del mismo nos hace tener la sensación de encontrarnos frente a frente con él, mientrás seguramente descansaba de uno de sus ingeniosos escritos. Para muestra, basta un botón, pues yo os dejo, no una, sino dos fotografías del monumento. ¿Qué os parece?¿A qué parece que nuestro amigo Oscar se va a levantar y nos va a deleitar con uno de sus ingenios?. Bueno, por lo menos a mí, me dió esa sensación.
6 comentarios:
Si te digo la verdad, al amigo Oscar he tenido que buscarlo, porque no se aprecia bien en el primer golpe de vista. Realmente parece un caminante descansando de fondo.Gracias por compartirlo. ¿Te has ido a Dublín en feria? ¡Qué suerte tienen algunas!
A mí lo que me emociona es tu viaje en sí mismo. Oscar Wilde, su espíritu de arrojo y sinceridad, su desplante a la sociedad rígida... todo eso me lo acercas en tu visión.
Gracias por compartirlo.
Un beso.
Lo que le pasaba aquí a nuestro amigo era que supo bien dónde se ponía, con lo que tenía enfrente. Se inspiraría, seguro. Precisamente ahora mi hijo está elaborando un trabajo de lengua sobre Oscar Wilde, qué casualidad.
¡Qué chulo, ver todo eso que nos traes por aquí! Gracias, chiqui.
Beli, gracias por tu borbotón de primavera... poesía, flores, fotitos, Oscar Wilde, Dublín...
Lindas entradas.
Hasta hoy no he visto tu paseo por Dublin,me gustan las fotos y
lo que cuentas de tu viaje, que bonito es viajar ¿verdad?. Un beso
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