“REFLEJOS”
Te muestro una flor y me la devuelves, como
aquella tarde en que te mostré todos mis espinos. Uno a uno me los quito desde entonces.
Pero en mí tengo esa flor que me muestras. Por eso la muestras. Su color es
bálsamo que me cura cada herida. Su aroma me pertenece, aunque tú no puedas
mostrarlo. Yo tengo los espinos, tengo el aroma y tengo la rosa. Tengo la rosa.
3 comentarios:
¡Vaya poema lindo, emocionante y redondo! Y vaya una vuelta bonita y esperada. Y por la puerta grande.
Hióle ahí.
Sin duda la tienes, y nos alegramos que la compartas con nosotros, nos llega incluso el aroma, sin espinas.
¡vuelve la vidilla al blog!
Y con mucha alegría que me da volver a compartir con vosotros, amigos. Gracias a los dos.
Publicar un comentario