jueves, 2 de abril de 2009

DECISIÓN.

-Y, por las noches, ¿qué guerra dan?, -preguntó David, tan tímido como Marta, pero con la intención de no equivocarse en un paso que cambiaría sus vidas.

-Se levantan alguna vez, piden agua… Lo normal, compréndalo, -respondió el responsable del departamento Pero no lloran y se conforman aunque se levanten temprano.

-¿Tienen costumbre de desayunar en casa? Para nosotros, si aceptamos, que aún no estamos seguros, es básico que sepan que comer bien al levantarse es fundamental.

-No les quepa duda, hemos preguntado a los vecinos y conocidos y nada de ñoñicaos ni refrescos. Su buen pan con aceite y su zumo de naranja diario.

Los mellizos David y Marta, decididos, a punto de cumplir los cinco años, firmaron el documento de adopción. Sus futuros padres, algo cohibidos, corrieron hacia ellos.

4 comentarios:

sempiterna dijo...

Me encanta. Los niños deberían tener la opción de decidir qué padres adoptar, es una verdad como un templo.

Y lo de los ñoñicaos no todo el mundo lo valora en su justa medida...

inma dijo...

Quizás si las adopciones las hicieran ellos habría menos devoluciones.Oye lo del desayuno es fundamental, ja, ja, ja.

Lola García Suárez dijo...

Pues sí,quizás no estaría mal que los niños eligieran algo tan fundamental como eso, al menos por un tiempo de prueba. Creo que a veces el mundo debería ser al revés, como el que tú nos presentas.

Isa dijo...

Estoy de acuerdo con Loli: ojalá ellos también pudieran elegir.