Hora es de contar con los ingredientes desde el punto de vista de lo que son: Ingredidos. Nadie les ha preguntado, que yo sepa, si querían o no formar parte de un futuro plato navideño o veraniego. Ni de entretiempo.
De hecho, camuflados de bolsas de basura cerradas, nos fuimos a hacer un reportaje peligrosísimo a una granja donde cultivaban cochinos, gallinas y conejos en cantidades muy superiores a doce.
Al principio, nadie quería hablar. Se decía que, así, ningún cerdo soltaría una guarrada, no se notaría el miedo de las gallinas y los conejos se quedarían haciendo bromas, guardados en la chistera.
Tras una toma de contacto de seis meses, no es que no quisieran hablar, es que nos lo habíamos comido a todos en filetes muy hechos o vuelta y vuelta, según, aunque no se produjo la esperada revuelta. Todo lo más, algún revuelto.
Pero el mensaje de este artículo, único en su modalidad, no debe pasar desapercibido: Hay que contar con todos para los guisos. Que todos sepan lo que se cuece a su alrededor. No habrá desaguisados que lamentar y nadie irá desaliñado por la vida.
Esperamos, si no el Pulitzer, sí lo justo como para vivir desahogadamente el resto de nuestras vidas. Ya veremos.
5 comentarios:
:) Seis meses da para mucho en un reportaje de investigación. Por ejemplo comerse el material... pero bueno.
Gabriel, me gusta el detalle de camuflarse en bolsas de basura, pero por supuesto cerradas. Otro de esos detalles descriptivos tuyos geniales.
Un saludo.
¿Acabaron con la granja y su contenido en seis meses? esos eran Carpantas, no reporteros. Para el siguiente reportaje que manden a dos vegetarianos.
El problema, Inma es que como el próximo reportaje sea en un huerto, estamos en las mismas, jajaja.
Creo que esos ingredientes no tienen más remedio que serlo. Así que mejor no preguntárselo.
Aquí mejor no preguntar nada y tener arte entre los fogones. Y ya está.
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