lunes, 15 de diciembre de 2008

MODA. DISEÑOS PIONEROS.

El sombrero de ala estrecha.

Fue presentado en el famoso desfile de Pittsburg, el 12 de agosto de 1.902: Un día de nublado tan espeso que, de haber llevado el clásico sombrero de ala ancha, nadie habría visto nada. Ganó el primer premio y un racimo de uvas. Pero su diseñador, al salir a saludar, llevaba la bragueta abierta, hubo grititos y dejó la profesión.

 La pamela anti moho.

En las últimas cuatro ediciones del gran derby de Ascott, se recogieron cuatrocientos diez kilos de pamelas deterioradas por la humedad. Indignada, la Reina Madre sacó a concurso la solución. Ganó el premio la prestigiosa diseñadora Lacomba Bringcandoó. Sus pamelas de goma arábiga habían resistido todos los actos públicos celebrados en los pantanos de Haití. La Reina se dio por satisfecha sólo a medias y ordenó que las mujeres, además, se secaran el pelo. Esto sucedió allá por el 1.932.

 El pantalón giratorio.

¿Quién no se ha fastidiado alguna vez la mano llevando diecisiete bolsas de la compra y, al querer abrir la puerta, no poder coger la llave de la casa por estar en el bolsillo izquierdo del pantalón? ¿eh? A ver, ¿quién no? Pues Heliodoro Puidokas, en menos de una semana, resolvió el enigma: Su pantalón permitía que alguien, con un sencillo giro de media vuelta, nos permitiera acceso a las llaves. Y no nos tenía que meter mano.

 Abrigo comercial.

Los catálogos de productos de la compañía Papporil & Segis, segunda marca de cosméticos de Mónaco, eran difíciles de llevar por sus agentes comerciales, pues el especial satinado de su papel hacía que “se les cayeran al suelo” al manejarlos. El joven creador de moda Phillip Gasserol, sorprendiendo a todos, solucionó el problema con abrigos llenos de bolsillitos por dentro, para los frascos y barras de labios. Y por fuera no se notaba casi nada, ni te hacía más gordo, oye, de lo bien cosidos que estaban.

 Azafatas cómodas.

En el vuelo 102 Madrid-Burgos del 7/12/1994 surgió algo hasta entonces impensable. Reproducimos el texto original para conservar la frescura y fidelidad de los hechos:

PURI TERE (azafata): Esta falda, esta blusa, este gorro, estos zapatos… ¡Oig qué incomodidad más grande, sobre todo al servir langosta en “salse blue di mignon”!

LOLO POLENSKI (pasajero): Señorita azafata jefa y única del avión, tenga usted SU maleta, y póngase usted SU uniforme, devolviendo, por favor, el de mis niñas majorettes infantiles, que desfilan esta tarde para la Casa Real.

Tomás Tagarna, diseñador andorrano, viajaba en el mismo vuelo. Lo visto allí le llevó a aconsejar a todas las mujeres “y siempre que fuera posible” ponerse SU propia ropa. Con esta idea, ganó cuatro medallas seguidas en grandes certámenes de alta costura. 

2 comentarios:

inma dijo...

Una Gabrielada tras otra, y no das tregua tío. Entre tus sombreros de goma arábiga, pantalones giratorios,abrigos multibolsillos, etc no sabría con cuál quedarme pal fin de año. El de la azafáta incómoda por estar equivocádamente vestida de majorete infantil me parece genial.

Lola García Suárez dijo...

A mí me ha encantado el pantalón giratorio. Por cierto, no sabía que Andorra tuviera una buena cantera de diseñadores.